En un partido que quedará para la historia de los Mundiales, Alemania selló su pase a cuartos de final a costa de Inglaterra, que chocó otra vez contra uno de sus grandes enemigos de siempre, venciéndolo por goleada de 4 - 1.
En un primer tiempo memorable, hubo tres goles concedidos y uno fantasma anulado a Lampard con la sombra de la final del 66 en el recuerdo. En la segunda parte el equipo de Capello lo intentó con más corazón que talento hasta que Alemania mató en dos
Llegaba Thomas Müller, zancada larga, cabeza erguida, pura delica sólo mirarle. Había espacio por la derecha y se venía Müller, una vez y otra, con las ensoñaciones propias de sus 20 años. Flotaba Müller, la nueva estrella del Mundial de Sudáfrica, y Alemania se confirmaba como favorita al título en el Free Stadium de Bloemfontein, donde 40.510 afortunados disfrutaron como nunca del gran clásico europeo (4-1). Un partido engalanado también por Inglaterra, que se vio perdida y reaccionó como sólo ella sabe, con una furia sólo aplacada por un juez de línea uruguayo, que 44 años después del gol de Geoff Hurst, devolvió la moneda a los alemanes.
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