lunes, 31 de mayo de 2010

Ver presentación de José Mourinho como técnico del Real Madrid

Ver presentación de José Mourinho como técnico del Real Madrid,  No será en el palco, como los galácticos. Él sólo quiere ganar. Ceremonia programada para las 13:00 horas de Madrid, con su presentación oficial, arranca la «era Mourinho» en el Real Madrid.

José Mourinho será presantado como técnico del Real Madrid

No habrá presentación en el palco del Real Madrid. No habrá música, ni fanfarria, ni tampoco vídeos de colores o cintas blancas. José Mourinho será presentado hoy en el Santiago Bernabéu y ha pedido que el acontecimiento se haga de forma humilde. Rueda de prensa en las entrañas del estadio y nada de palco porque él no es ningún galáctico. Una cosa sencilla porque él lo único que quiere es ganar.

Mourinho se presenta en el templo de los templos tras una carrera meteórica. En Portugal empezó en las divisiones inferiores del Setúbal y pronto se adivinó en él una facilidad pasmosa para dos cosas: para ojear y sacar informes detallados del rival, y para conseguir sin mayor esfuerzo una empatía con los jugadores tan fuerte que su sola presencia les motivaba hasta en los partidos teóricamente más sencillos.

Había sido un futbolista mediocre, por no decir discreto, y a los 24 años vio que aquello no era lo suyo, sino la banda. En su paso por el Estrela de Amadora y el Ovarense empezó a mostrar lo que serían sus señas de identidad: un entrenador organizado a la par que un gran psicólogo en el vestuario. El tipo tenía visión de conjunto. Analizaba al rival, lo estudiaba al detalle y sabía encontrar sus puntos débiles para luego hacérselo ver a sus jugadores con sencillez y elegancia, haciendo piña. «Morir por el míster, darlo todo por él».

Su paso por el Barcelona a la sombra de Bobby Robson le sirvió para curtirse, para observar a un grande por dentro y aprender. Cuando llegó al Oporto ya era un ganador nato. Había crecido y se había convertido en un tiburón, un elemento de cuidado. Lo ganó todo con casi nada, sacando petróleo de las piedras.

Al mismo tiempo empezó a meterse en el teatro. Se hizo actor: con sutileza, ironía y mucha mala leche, empezó a tirar chinas primero y pedruscos después en toda rueda de prensa que se terciase. «La presión para mí, que los míos estén tranquilos, la cabeza vacía, el alma llena». Eso le hizo crear mayores vínculos de amistad con sus chicos, que le trataron como algo suyo.

Por encima de todo es considerado un tipo listo, que sabe leer a las masas, lo que se ha dado en llamar un líder de la mayoría silenciosa. Cuando ganó la Premier con el Chelsea lanzó su medalla hacia la grada porque, según dijo, «ya tengo una igual, así que esta quería compartirla con los aficionados». Cosas así fueron las que produjeron una revolución social cuando anunció que se iba de Londres para comenzar su aventura italiana. Como en Oporto y en el Chelsea (aquí le faltó la Champions), en el Inter lo ganó todo (triplete), pero cuando llegó el interés del Madrid se buscó coartada: «No me gusta este fútbol. Me cansa». Palabras extrañas de un técnico al que se considera conservador.

Él dice que no es defensivo, sino ordenado, y que sus equipos generan más ocasiones de gol que ninguno. Pero, con discusión o sin ella, lo que es seguro es que se trata de un ganador nato. En el Chelsea logró un nuevo récord en Inglaterra, el de mayor número de partidos sin perder en casa. El club logró imponer la marca de 64 juegos consecutivos sin derrota, destronando el récord del Liverpool impuesto entre 1978 y 1981.

Hoy llega al Santiago Bernabéu y le espera Florentino Pérez que, probablemente, dirá que «es un técnico nacido para entrenar a este equipo. Un técnico galáctico». Y es posible que tenga razón

Fuente: ABC.es


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